
Por un lado, el franquiciado ha adoptado un nuevo perfil donde toma más importancia el desempleado que contempla la franquicia como una oportunidad frente al desempleo o a la familia que invierte sus ahorros en un negocio y sus miembros se ponen al frente del mismo como medio de complementar ingresos familiares. Ello hace que el franquiciado se informe, evalúe más las opciones disponibles y sea prudente antes de decidir su inversión.
Por otro lado, las franquicias han flexibilizado los términos de concesión anulando royalties y cánones de entrada, así como ajustando los costes de inversión. En ese sentido, una franquicia de cada 4 franquicias requiere una inversión de menos de 30.000 euros y 1 de cada 2 solicita menos de 60.000 euros.